miércoles, 3 de julio de 2013

Al alba

¿Quién, al despertar, no ha sentido alguna vez que su lado animal había tomado las riendas?
Su lado león, su colmillo de lobo, su servilismo gusano, su dinosaurio aún allí, escarabajándose. Ese otro yo subyacente que la voluntad suele domar y el sueño deja libre.
¿De verdad Gregorio se convirtió en otra cosa distinta de lo que ya era?
¿Y entonces? ¿No dormirse, mantener en vigilia la humanidad pensante que sujeta a la fiera? ¿"La humanidad pensante"?
¿No sería mejor no despertar?

En todo caso, como diría Franco Battiatto: "El animal que yo llevo dentro te ama a ti."

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