jueves, 25 de julio de 2013

No sabes cómo, pero un día sucedió. Esa metamorfosis por la cual tu espejo dejó de ser tu espejo. Y empezó a reflejar solo extrañeza.
Oigo gatos fuera. Sus maullidos feroces hablan de rabia y celo. Solo puede haber un ganador. Y la hembra que lo espera.
Acaso el amor humano sea también así. Mis garras desgarrando tu piel, tus garras llevándose mi carne. Las palabras más crueles. Mientras los años se disuelven sin dejar ni la espuma del afecto.
Frente a frente. Ya nunca mano en mano.
Se han callado los gatos. Ningún vencedor entona su triunfo ante la indiferencia de la noche.
Si ha habido muerte, si ha habido miedo, si hay desilusión, fluyen en silencio.

"Que haya un cadáver más, ¿qué importa al mundo?"

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