jueves, 31 de octubre de 2013

treinta y UNO

Se va otro mes con pena pero sin gloria -por no hacer mudanza en su costumbre-. Se va octubre el aciago y abre el portón noviembre, el de las castañas y fríoenrostro, el de los huesos de santo y las campanas doblando en homenaje a quienes nos dejaron, y a ver quién no camina con esas ausencias a la espalda, esas voces que se van alejando, esos ecos del eco y su caricia de aire...
Viene noviembre desde el mismo día uno pero no único, pues si el dolor va atenuándose, aún conserva su espuela para herirnos el costado, para hundir en el alma sus flores melancólicas, para deshojar entero el ramillete in blue de la añoranza.
Se cierra el mes.
Los niños celebran la fantasmagoría de quien desconoce el helor de la muerte.
Los adultos, la de quien burla lo que más teme para aferrar la vida.
Tres días para pasar despacio. Para ahogarse en su eclipse.
Y descansar sin paz.
Bonjour, noviembresse.


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