domingo, 10 de noviembre de 2013

Y a veces... para qué 2.


“El boxeo es un acto antinatural porque todo va al revés. En vez de huir del dolor como haría una persona cuerda, das un paso hacia él.”, dice el personaje de Clint Eastwood en “Million dolar baby”.

La poesía es un acto antinatural y contra la cordura, pues en lugar de huir del dolor se bucea en él. Se rasca, se escarba, se ahonda en lo que nos desconcierta o lacera, en el envés del mundo, su rostro más oscuro, su nostalgia, sus pérdidas.
Con la cara cruzada por los golpes, con los labios partidos, los ojos tumefactos.
Retorcida, doliente, amoratada escribo.
Para un público que mira hacia otro lado, que busca puestas de sol y palabras que alaben la belleza del mundo. Cántico y no lamento.
Y yo desde la espina, con la lengua arponeada grito/escribo. No me alcanza la voz para cantar.
Mi sangre, mi sudor salpican a los indiferentes, a los absortos en el paso dulce de la luz entre las ramas; en el otoño que incendia los hayedos y reverbera sobre el mar. Ojalá pudiera convertirlo en poema.
Pero yo, triste, cuitada, ya no sé cuándo es de día. En mí solo noches son.

sábado, 9 de noviembre de 2013

A veces... para qué

Escribir. Luchar contra el desánimo. Contra el silencio, pared inexpugnable.
Pero hay que abrir el árbol, esparcir su semilla de palabras. Alzar la voz herida y hacerla pájaro, hacerla melodía a ras de viento, bandera de quien eres a pesar de ti misma.
Aunque el vacío avance, aunque no caigan nunca los muros ni se ablande su mueca de granito.
Jamás rendir el fuerte. Este alcázar de tiempo y poesía.