sábado, 5 de julio de 2014

A veces escribo poemas de amor


TÚ ERES TODOS LOS HOMBRES

 Te mueves. Vas, vienes; respirar agitado.

Ganas de hacer, una vida no basta. Las palabras son electrodos que sacuden de insomnio tus neuronas.

Vienes, vas, de pronto una caricia. Duermo y no duermo. Mis sentidos te acechan desde el no ser.

Te doy  mi paz, toma la languidez de mis músculos. Me relajo tras el abrazo y me adentro en una noche de relojes vencidos.

Vienes, vas, respiras. De tu respiración brota un árbol, sus raíces en tus alveolos; asciende su ramaje hasta rozar el techo.

De las ramas penden los sueños que no dices, que acaso no imaginas.

Solo yo puedo verlos.

En esta noche no hablarán los pájaros. Lejanísimo rumor de coches, ciudad que vibra tan abajo, tan en sí misma en su rueda de historias.

Las sábanas sean nuestra ilusoria alfombra. Volar en ellas al viento de tu respiración, de mi enarbolada duermevela.

Apartando la noche que se ovilla en el vuelo.

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