DESPRENDIMIENTO,
UNA APROXIMACIÓN A LA VOZ DESPOJADA DE MARIANO SÁNCHEZ SOLER.
Mariano Sánchez Soler es autor de amplia trayectoria, templada en todos los fuegos y con un público fiel que le ha seguido a través de libros de investigación histórica y periodística, relatos, novelas y ensayos, no en balde lleva casi cuarenta años empecinado en
desnudar la realidad con todo tipo de
provocaciones, tanto para cantarla como para lamentar sus desconchones o
hincarle el estilete de la crítica amarga. Pues nunca la injusticia ha dejado
indiferente a un ángel tan fieramente humano, cuyo magro esqueleto ha cargado
con armadura y baciyelmo, tizona y fusil ametrallador contra todo lo que ponía
en pie de guerra su hambre de pie de paz.Con verso y en prosa, a cine o ingenio limpios y también negros, muy negros, ha ido Mariano despachando su obra hasta llegar después de varios años sin afrontar el género, a esta nueva entrega , en este caso poética, en la que se nos invita a recorrer un territorio de desencanto y desolación donde alienta el escalofrío dantesco: abandonad toda esperanza.
El paso con que el hombre se aventura en este mundo titubea y cae, titubea y se afianza sobre desprendimiento y pérdidas. Así, un hecho físico y meramente circunstancial, un desprendimiento de retina hace ya algunos años, puede terminar siendo metáfora y anticipo del resto de la vida, mera antesala de otros despojamientos.
He señalado en el libro tres de esos posibles desprendimientos, que se corresponden con las tres partes en que el autor divide su poemario: PARA LOS QUE VIVEN, AMOR Y ADVERSIDAD Y QUÉ HACER.
I.- Desprendimiento: “Desinterés y desapego de las cosas
materiales.”
Empezar un libro por el desenlace deja
poco a la imaginación. Pero del mismo modo que estrenamos la película de la
existencia sabiendo sobradamente cómo terminará, aquí se advierte sin dejar
resquicios al autoengaño.
El poema “Desenlace”, cuyo pórtico es
un verso de Cavafis: “y los persas
terminarán pasando”, reconoce lo siguiente:Y acabarán pasando,
alzaron su mentira
sobre nuestras cabezas
y sembraron el suelocon alquitrán de sangre
hasta planchar la vida
para dejarla en nada.
Sé que no hay otro modo
de resultar humano,
por eso me detengo:
para ser el que soy
mientras vencen aquellos
que sumergen la vidaen un líquido infame…
No en vano leemos desde el principio palabras de desaliento –o acaso madurez- como fracaso, rémora,miedo, ilusiones ajadas, maltrechas, malheridas, fango, dolor, mástiles desolados, sudarios marchitos, arriar, arriar… con bien poco margen para el canto, para una celebración solo posible con la vista amputada, con la conciencia adormecida por el loto del conformismo o la renuncia.
La metáfora de la vida como travesía,
una travesía más que mítica que se sustenta en el niño que jugaba a ser héroe y
conquistar lejanas tierras para hacerlas cercanas y de todos, recorre poderosa los poemas de Mariano que
ahora, abatido por galernas y naufragios, reconoce en varios de ellos:
Ya no soy el pirata de la vida
optimista / que combatió su miedo.
O: Nosotros, los jóvenes rebeldes
O: seguir en pie,combado sobre rocas
afiladas de angustia
y de cuchillos;”
apretar el dolor con los dientes
para desmenuzarlo, para tragar mejor
su arista amarga.
El único antídoto contra el dolor lo
inoculan los labios de quienes nos aman, lo esparcen las manos de quienes
sostienen en las suyas la hebra transparente de la dicha. Y también de esa
caricia hay mención, hay paisaje compartido con los lectores frente a la
urgencia de desafiar el tiempo airado.
Este es el reino acuático de los
amables sedales de tus dedos, /las acuarelas dulces de tu abrazo/ que tanto
necesito.
De los : besos juguetes pasajeros,
insaciables e incontables.
De los labios como barcas a la
deriva, de las manos como antorchas que querían quemar el mar…
Versos desbordantes de sensualidad y
sales que hablan de quienes han sabido cortar la flor del instante mientras la
nave va; de aquellos navegantes curtidos por travesías y cicatrices que, sin
embargo, siguen luchando juntos, siempre en AHORA, como se evidencia en Declaración:
Aunque guardasarrumbadas en un álbum
aquellas fotos
que contienen nuestro amor,
el pasado no existe;
se fue implacable
de nuestros corazones
hace ya mucho tiempo.
Amar es para hoy,
minuto tras minuto,
sin canciones ni adornos,
de ola en ola
cuando llega el naufragio,
y en cada nuevo beso
saber que nos tenemos.
se ha marchado el futuro
sin avisar siquiera.
Y ya ni la ciudad que acogía y nombraba sigue siendo la
misma. Su habitante feliz de antaño se ha convertido en “transeúnte vencido
luchando contra el tiempo”, esa lucha perdida de antemano , pues el azul
Alicante es, en su presente, más que nunca, Alacant
blues.Afirmaba Mariano en una entrevista reciente que “escribiría desde el mismísimo infierno”. Pero quizás nunca pensó que ese infierno fuera el que traiciona la memoria y retrata en DESTELLO:
En mi lugar de infancia
que apenas sobrevive
al margen de mi tiempo,
mientras tan solo espera
que las excavadoras
urbanicen el mar.
y la partida de lo más amado,
y la melancolía que se combate a duras penas con un “¡enfréntate a la vida!” que es, a la postre, un ¡enfréntate a la muerte! “mirándola fijamente a los ojos”, como anuncia en TOMBSTONE:
Se me hace tarde ya, debo marcharme,
pero debéis saber
que me enfrenté a la vida
como en un duelo a muerte,
mirándola directamente a los ojos.
Pilar Blanco
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